Seguramente lo cruzaste en su bicicleta vendiendo la clásica rifa de los bomberos, tal vez haciendo algún trabajo de pintura o a toda velocidad por la calle 34 para llegar al cuartel ante un toque de sirena. Marcelo Diaz, oriundo de Capital Federal eligió Claromecó para vivir junto a su familia hace ya varios años y también eligió ser Bombero Voluntario.
“Ante la curiosidad, el intentar, ver si podía servir a alguien o si podía ayudar, si podía ser buena persona, yo creo que fue eso” nos dice Marcelo a la hora de consultarle que fue lo que lo motivó a elegir ser bombero.
Por supuesto que sin el apoyo de la familia no podría haberlo sido “como yo siempre digo, nosotros no tenemos ni cumpleaños, navidad o año nuevo. Cuando sale emergencia sea el día que sea, en el horario que sea estamos predispuestos, estamos siempre listos para salir y en esas fechas tan especiales, la familia siempre te apoya. No están felices, pero te entienden, te comprenden y te apoyan en todo momento”.
Lo que anima a Marcelo a seguir eligiendo esta vocación que tiene son dos cosas “fundamentales” nos dice, una es el amor por el cuartel y otra el apoyo de los compañeros que siempre están presentes.
Al sonar la sirena, son distintas las emociones que se sienten, lo que pasa por la cabeza del bombero. Ese momento, para el que se preparan y capacitan constantemente, llegó. “La adrenalina siempre está a full, más cuando vas a un accidente. Vas pensando en que te tocará trabajar, en cambio cuando vas a un incendio forestal, vas mucho más tranquilo”.
“Son elecciones de vida” dice Marcelo cuando le consultamos si recomendaría a alguien a que se bombero. “Lo dejaría que sea una decisión propia, son decisiones personales. Por ahí le contaría cual es mi experiencia, pero recomendar no, cada uno elige. Yo creo que el que elige no se arrepiente nunca, pero son elecciones de vida” finalizó.