Como estamos acostumbrados, Claromecó nos sorprende día a día con sus atractivos naturales, pero además de esto, muchas veces tenemos la fortuna de que más gente pueda disfrutar de todas las maravillas de nuestra localidad.
En esta oportunidad nos enteramos que el reconocido periodista y coach ontológico, Mario Massaccesi estaba de visita por Claromecó y como suele suceder en estos casos, quisimos saber qué fue lo que lo trajo y qué experiencia tiene acerca de nuestro amado pueblo, entre otras cosas.
– ¿Qué te trae a nuestra querida localidad?
La curiosidad, tengo tres amigos que son de Tres Arroyos y son los principales agentes de prensa que tiene esta zona. Ellos aman la ciudad donde nacieron y son fanáticos de Claromecó como balneario. Tantas veces me hablaron e insistieron para que venga que ahora se dieron las condiciones para poder visitar la zona. Había llegado hasta Tres Arroyos para la cobertura de la visita de Máxima Zorreguieta cuando aún era princesa. Nunca había estado en Claromecó. Me gustan los lugares tranquilos, de mucho silencio, de belleza natural y con buena gente. Claromecó superó todas las expectativas: los médanos, el vivero, las playas desoladas… un combo magnífico para un paraíso en la provincia de Buenos Aires. He andado por los lugares donde hay menos gente. Me gusta conectarme con la naturaleza, soy un gran promotor del silencio como una de las bellas artes.
– ¿Qué te pareció?
Estoy fascinado. Me gusta mucho que los vecinos sientan con tanta fuerza que este es su lugar en el mundo. Hay un arraigo por naturaleza o por adopción. He recibido muchos mensajes de bienvenida por las redes sociales; muchos agradeciendo que haga saber que esto es un paraíso y muchos otros haciéndome saber que es un lugar tranquilo, sereno, elegido para vivir en paz. Me gusta mucho ese sentido de pertenencia. Yo disfruto mucho de los pagos chicos así que estoy pasándola muy bien.
– ¿Ya conocías Claromecó?
No conocía pero lo que mis amigos Martín, Manfred y Leandro me contaron del lugar hicieron que la vara fuera muy alta, sobre todo por el valor que ellos le ven a la paz, el silencio, la naturaleza, la vida simple. Ellos siempre tienen presente este lugar. Superó ampliamente mis expectativas. Hoy visitamos un campo donde nos recibieron con los brazos abiertos, hicimos unas fotos muy lindas, paseamos entre girasoles de a ratos y entre chanchos un poco después. Es un imán este lugar, es magnético.
– Llegaste justo en una fecha especial para nuestra localidad, ¿estabas al tanto? ¿Aprovechaste para trabajar o solo vacaciones?
Justo para los cien años ¿podés creer? Me lo dijeron ni bien pasé por la avenida principal que estaba llena de banderitas flameando al compás del viento: sentí una emoción muy grande. Justo después pasamos por la primera casa y por esa vereda donde se suceden varios challets. Me dije a mi mismo: “suficiente para que no me lo olvide más”.
– Sabiendo que sos coach ontológico, ¿Qué es lo que te llevó a serlo?
Soy curioso por naturaleza, me gusta relacionarme con la gente y necesitaba hacerlo desde otro lugar posible además de las notas periodísticas. Durante muchos años me conecté con mucha gente por coberturas, reportajes, investigaciones. Necesitaba algo nuevo, hacerlo desde otro lugar. Además me gusta mucho el servicio social. Empecé a estudiar coaching de casualidad para saber de qué se trata y me cautivó! Tanto me gustó que ahora reparto mis días y mis horas entre el trabajo periodístico y mis vivos en Instagram, mis talleres (on line por la pandemia) y los conversatorios en dos cárceles con mujeres presas por cometer delitos. Voy una vez por mes a la cárcel de Los Hornos, en La Plata, donde están las mujeres presas con sus hijos de 0 a 4 años, y una vez por mes a la de Florencio Varela donde está la población trans; las visitas las hago como parte del equipo de Justicia Restaurativa, una asociación que integramos jueces, fiscales, defensores oficiales, actrices, periodistas, maestras jardineras, psicólogas y voluntarios, entre otros.
– ¿Las herramientas de coaching las aplicás a tu trabajo como periodista?
Estoy en el proceso de integrar ambos mundos. Siento que mi formación como coach ontológico aportó mucho a mi rol de periodista y conductor de televisión y de radio. Ahora escucho desde otro lugar, lo que en el coaching es la escucha comprometida. Ya no quiero tener la razón de nada y prefiero preguntar todo. Entrevisto desde un lugar de menos juicios y aceptando que cada uno tiene su verdad… de esta manera la gente puede sacar sus propias conclusiones.
– ¿Cómo ves el periodismo argentino en estos momentos?
Creo que nos debemos un gran debate para aceptar las diferencias y no caer en las trampas de lo que algunos denominan la grieta. No me gusta esa palabra, soy un militante de la no grieta. En ese espacio de mejora siento (y puedo estar equivocado) que abundan los opinadores y faltan los preguntadores para que la gente forme su propia opinión. No me molesta la opinión porque es parte del periodismo, no me gusta el exceso de opinión que es bien diferente.
– Sabemos que hace unos días presentaste el libro “Soltar para ser feliz” junto a Patricia Daleiro. Contanos de qué se trata… ¿Por qué es un libro de preguntas? y ¿de qué manera nos ayudan las preguntas a resolver ciertas cuestiones en la vida?
Es un libro hermoso que se agotó en menos de una semana y ya va por su segunda edición. Tiene más de 360 páginas y 15 capítulos donde hay aportes sobre cómo soltar el pasado, soltar el control, soltar la auto exigencia, soltar a los muertos, soltar a los hijos, soltar a la familia, soltar los abusos, soltar el desamor, entre otros. Es un libro de preguntas para que quien lo lea pueda correrse de ese lugar de excusas hacia una zona de posibilidad; el libro tiene además historias de personas que pasaron por nuestros talleres y que pudieron soltar “eso” que traían y que les mortificaba la vida. Pusimos como condición incluir historias personales de nosotros, los autores, para ponerle el cuerpo, para que no solo habláramos de los demás sino que el compromiso fuera mayor. Es un hermoso libro para regalarse en esta época del año o para regalarle a alguien que anda necesitando soltar.
Le agradecemos a Mario el tiempo que se tomó para respondernos estando de vacaciones, se nota que es una persona cálida y predispuesta.
No quisimos robarle mucho tiempo, pero estamos convencidos de que tiene mucho más para contarnos y no faltará oportunidad para que visite nuestros estudios.